El 19 de octubre de 2006 se crea el Centro Cultural y Museo de la Memoria (MUME) dependiente del Dpto. de Cultura de la Intendencia de Montevideo.
El 11 de abril de 2007 se crea la AAAMUME con la participación de 11 organizaciones sociales y de Derechos Humanos que habían colaborado en la fundación del MUME, Asociación Civil sin fines de lucro abierta a la integración de personas y organizaciones sociales que se rige por Estatutos según el Acta No.1 de constitución de la Asociación de Amigos del Museo de la Memoria.
Belela Herrera
En 2007 se inaugura el Museo de la Memoria, Desde ese momento un conjunto de personalidades fueron nombradas como Presidentes Eméritos que prestijiaban con su trayectoria la propuesta que se iniciaba. Entre ellas y ellos estaba Belela Herrera que no necesita de nuestra presentación.
A lo largo de todo este tiempo y hasta el último 17 de mayo, nos acompañó, formó parte de nuestras redes y actividades, alentó con su palabra el trabajo siempre en un sentido positivo y entrañable.
Permanecerás en nuestro corazón, ejemplo para mujeres y hombres jovenes que recordarán tu solidaridad en momentos muy dificiles, tu lealtad y tu lucha permanente que te hacen inolvidable.
Carmen Pereira
… para una semblanza de Carmen
Hace muchos años, una tarde cualquiera, apenas liberado de mis endiablados horarios laborales, me allegué a integrarme a la Asociación de Amigas y Amigos del Museo de la Memoria, reunida en el local de Fucvam.
De entrada me encontré con un grupo heterogéneo pero muy acogedor, receptivo y activo a la vez.
Enseguida sobresalieron de ese montón de compañeros, porque así los sentimos de inmediato, tres compañeras que destacaron por su actividad, energía, organización, claridad y afectuosidad, Carmen era una de ellas.
Así, trabajadora, enérgica, organizada, celosa de defender los objetivos del Museo y con claridad de cómo debía actuar en ese rumbo la Asociación de Amigos. Entrañable en el mano a mano, dura con la defensa de sus pareceres, los cuales argumentaba con tanta vehemencia como atendía otros presentados en, enriquecedoras y a veces largas, reuniones o asambleas!
De esas personas que marcan, y cuya ausencia se siente…
Escrito por Luis Caballero (Polo)
El Efra
A Efraín Olivera lo conocí en 1998 en el Bar 18, de la esquina de 18 de Julio y Juan Paullier. A poco de conocerlo hablamos de bares y me di cuenta que Efraín era un gran conocedor de los bares montevideanos, lugares de encuentro por excelencia. Fueron los gallegos que trajeron los bares al Río de la Plata. Quizás el apellido Olivera, gallego, vinculaba a Efraín con los bares. El apellido materno, Lerena, o Llerena, es vasco.
Efraín, de buen comer, sabía de las comidas de los bares de Montevideo. También sabía que una reunión era mejor si estaba acompañada por una comida. Eso de compartir el pan lo tenía Efraín de su formación cristiana. Así que, obviamente, la primera reunión donde conocí a Efraín fue, comida de por medio, en un bar de Montevideo.
Mi conocimiento de Efraín fue en los tiempos que se formó la Coordinadora de Apoyo a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, cuyo primer cometido fue organizar la Marcha del Silencio. Nos reuníamos en el sótano de Serpaj en la calle Requena. Allí el grupo tenía su lugarcito. Desde entonces siempre tuve la presencia de Efraín.
Años después iniciamos la creación del Museo de la Memoria, donde Efraín estuvo desde el inicio. En un mismo impulso fundamos la Asociación de Amigas y Amigos del MUME, y el Museo de la Memoria, como dos aspectos de un mismo propósito. Admiré la bonhomía de Efraín y su capacidad de aportar las palabras justas en los momentos claves. A veces nos enredábamos en esa tarea inédita de crear el primer Museo de la Memoria en Uruguay y América. En esos enredos Efraín tiraba de la piola y deshacía el nudo.
En 2023, a 50 años de los golpes de Estado en Chile y Uruguay, trabajamos con Efraín en actividades aliados con colectivos de Chile. En 2024, a 60 años del golpe en Brasil ampliamos las alianzas y comenzamos a trabajar con colectivos de Brasil. En eso estábamos cuando a fines de abril Efraín me llamó para avisarme que estaría unos días ausente pues tenía una intervención quirúrgica. Murió el 4 de mayo, inesperadamente.
Desde entonces siempre tengo la presencia de Efraín y su sitio de brezos – un Llerena – que nos acuna brezando.
Elbio Ferrario Olivera